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LECCION 3 PORQUE BUSCAR A JESUS

[edgtf_button type=”outline” text=”Al día siguiente cuando la multitud vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y cruzaron el lago hasta Capernaúm para ir en busca de Jesús. Lo encontraron al otro lado del lago y le preguntaron: “Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Jesús les contestó: “Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas. —JUAN 6:22–26″ target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

MULTITUDES DE PERSONAS llegaban buscando a Jesús. Cuando finalmente lo hallaban, Él los miraba y percibía la razón de su búsqueda. No le buscaban porque habían visto a Jesús hacer señales milagrosas, sino porque habían comido y estaban satisfechos. El propósito de las señales es dar dirección o información. Las señales milagrosas que Jesús hacía pudieron haberles mostrado la realidad maravillosa de que Él era su Mesías.

No obstante, Jesús sabía que las multitudes no le buscaban a causa de las señales y milagros; estas personas solo querían llenar sus estómagos deseosos. Querían más aquello que Él podía proveerles que el deseo por conocerle.

Muchas veces buscamos a Jesús por las razones incorrectas. De manera egoísta, vamos en búsqueda solo de sus favores y bendiciones, en lugar de seguirle por amor y anhelo. Sin ser conscientes de ello, a veces usamos a Jesús y lo rebajamos a un recurso en tiempos de necesidad.

Quizá conozca a alguien que lo contacte solo cuando precisa o quiere algo de usted.

O aun peor, ¿alguna vez conoció a una persona que buscara su amistad, solo para después descubrir que sus intenciones eran conseguir algo que usted tenía? Quizá esta persona quería su influencia, su dinero, sus bienes materiales o su posición. La realidad es que dicha persona carecía de un interés o de un amor genuino hacia usted y, sin embargo, durante un tiempo usted sirvió a su propósito. Si se ha encontrado con tales “amigos”, sabe cómo se siente ser usado.

Esta actitud egoísta ha impregnado nuestra sociedad, incluso la Iglesia. A veces, las parejas se casan por razones egoístas. No se dan cuenta de que el matrimonio es un pacto de amor, no un contrato. Se casan por interés, y si su cónyuge no cumple con sus expectativas, buscan a otra pareja.

Muchos cristianos están cada vez más descontentos, y su amor se ha enfriado. Sirven al Señor por lo que Él puede hacer por ellos, no por amor a quién es Él. Mientras que Dios provea sus necesidades, se encuentran felices y contentos con Él. Pero cuando entran en un tiempo de sequía, se revelan las verdaderas intenciones de sus corazones. Cada vez que la atención está en uno mismo, comenzarán las quejas.

Piense en los hijos de Israel en el Antiguo Testamento. Escaparon después de las plagas de Egipto. Faraón y su poderoso ejército fueron tras ellos para regresarlos a la esclavitud. El Señor dividió el mar Rojo, y el pueblo cruzó en tierra seca. En el proceso, el Señor libró a su pueblo de las manos del faraón.

La Escritura dice:

[edgtf_button type=”outline” text=”“Entonces la profetisa Miriam, hermana de Aarón, tomó una pandereta, se puso al frente, y todas las mujeres la siguieron, danzando y tocando sus panderetas. Y Miriam entonaba este cántico: ‘Canten al Señor, porque ha triunfado gloriosamente; arrojó al mar al caballo y al jinete’” (Éxodo 15:20–21).” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

Estas personas celebraban porque los abrumó la bondad y la grandeza de Dios. No obstante, solo tres días después, en el desierto de Shur, encontraron aguas amargas y comenzaron a quejarse contra Moisés y su liderazgo.

Moisés respondió:

[edgtf_button type=”outline” text=”“Así es, las quejas de ustedes son contra el Señor, no contra nosotros” (Éxodo 16:8).” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

Sus circunstancias solo revelaban su amor por ellos mismos, el cual los alejó del conocimiento íntimo de Dios. En medio de nuestra experiencia en el desierto, nuestros corazones deberían apartarse del egoísmo y volverse hacia el Señor.

QUITAR LOS OBSTÁCULOS

¿Cuál es su motivación para buscar a Jesús? ¿Es simplemente por interés propio o porque anhela su intimidad? Si sus intenciones son básicamente egoístas, entonces arrepiéntase y vuelva su amor hacia los deseos del corazón de Dios.

ORACIÓN

Señor, te necesito a cada hora del día. Llena mi vida con tu amor, comunión y presencia. Quiero buscarte como un niño quien te ama y te adora. Admito que a veces mi motivación por buscarte ha implicado pedirte de manera egoísta una provisión tras otra. Limpia mi corazón del egoísmo. Señor, tú conoces mi corazón y mis necesidades. Entrego esas necesidades y deseos en tus manos poderosas.

Hoy cambiaré mi actitud y te buscaré como un niño amoroso. Entona mi corazón para cantar tus alabanzas. Lléname con tu amor para que pueda ser un testimonio vivo de tu amor. Úsame hoy para amar a otros y amarte a ti. En el nombre de Jesús, amén.

GUÍA PARA EL CAMINAR DIARIO

Juan 5:36; Juan 6”