LA BIBLIA NOS cuenta la historia de una viuda llamada Ana, quien era muy anciana. Ella tiene un valor histórico importante:
Lo desafío a presentarse ante nuestro Padre y pedirle, por el poder del Espíritu Santo, que le revele cualquier área de su vida por la que necesite ayunar.
Aquel que ayune debe hacerlo por los motivos correctos. Jesús solía reprobar a los fariseos por sus ayunos religiosos y piadosos que realizaban para llamar la atención. Mateo 6:16 nos aconseja no ser como los hipócritas.
Hipócrita es otro término para impostor. Un impostor es alguien que engaña a otros al usar un personaje o pretextos falsos. Los fariseos pretendían ayunar para el Señor, cuando en realidad lo hacían para obtener el reconocimiento de los hombres.
Su foco estaba en sus piadosas apariencias religiosas, y su recompensa era el reconocimiento del hombre. Querían ser grandes entre los hombres, pero no recibían nada de la mano de Dios. Usted debe elegir entre la recompensa del hombre o la recompensa de Dios. El ayuno religioso es galardonado por el hombre, mientras que el contrito y humillado es galardonado por Dios. Jesús continuó diciendo:
Si no tenemos hambre de Dios, es porque hemos permitido que nuestras almas se satisfagan y se sacien con otras cosas. Una mañana cuando estaba orando, sentí la necesidad de tener más hambre de Dios. Le pedí a Dios que imparta esta hambre en mí. En ese entonces, escribía mis oraciones en mi diario. Esperé una respuesta por parte de Dios.
Tan rápido como pude escribir, Él me respondió. Me mostró que yo era el responsable de mi nivel de hambre. Me dijo que si no estaba hambriento, se debía a que ya “estaba satisfecho, satisfecho con las preocupaciones de este mundo y con los placeres y distracciones del mismo. Me dijo que si deseaba tener hambre en medio de tantas cosas, necesitaría ayunar; ayunar de las cosas que me distraían, que me confortaban o me afligían.
Dios quiere ser una parte integral de nuestras vidas todos los días, no solamente cuando estamos en la cima de la montaña, espiritualmente hablando. He tenido que desarrollar mi audi ción, un oído que pueda escuchar en medio del alboroto y del bullicio de una casa llena.
Esto puede sorprenderlo, pero la mayor parte del tiempo que paso arrodillado es para vaciar mi corazón y arrepentirme. Una vez hecho esto, por lo general puedo escuchar la voz de Dios cuando Él desea hablarme.
QUITAR LOS OBSTÁCULOS
Dios puede usar el ayuno para limpiarlo del pasado e impartir conocimientos divinos a su vida diaria. Pídale a Dios que le muestre sobre qué áreas debe ayunar.
ORACIÓN
Señor, anhelo oír tu voz en mi vida. Usa el ayuno para librarme de las preocupaciones de mi pasado y mi presente. Quiero concentrarme en ti y en cómo me guías por el camino hacia una relación más profunda contigo. Honra el deseo de mi corazón de poder serte fiel. Por medio del Espíritu Santo, revélame las áreas de mi vida contaminadas por el pecado, y muéstrame las áreas en las que puedo ayunar para tu gloria. En el nombre poderoso de Jesús, amén.
GUÍA PARA EL CAMINAR DIARIO
Isaías 58
