EN ESTE PASAJE de Mateo, Jesús está enseñando acerca de las señales de los últimos tiempos. Sus discípulos le preguntaron:
Muchos creen firmemente que estamos en el tiempo de la venida de Cristo. Nunca antes hemos visto tales cumplimientos proféticos en la Iglesia, en Israel y en la naturaleza. Así que con seguridad podemos afirmar que estamos en el período que Jesús describió en Mateo 24.
Note una de las señales de su futura venida:
Primeramente, debemos preguntarnos: ¿Quiénes son estas personas que tropezarán? ¿Son cristianos o solo la sociedad en general? Encontramos la respuesta si avanzamos en la lectura:
El término griego para amor en este versículo es agape. Existen varias palabras griegas para referirse al amor en el Nuevo Testamento, pero las dos más comunes son agape y phileo.
Phileo significa “un amor fraternal”. Es un amor afectuoso el cual es condicional. Por otra parte, agape es “el amor que Dios derrama en el corazón de sus hijos”. Es el mismo amor que Jesús nos da. Es incondicional. No se basa en nuestro comportamiento, ni siquiera en si es recíproco. Es un amor que se da incluso cuando es rechazado.
Sin Dios solo podemos amar con un amor egoísta, un amor que no se puede dar si no se recibe y se devuelve. No obstante, agape ama sin importar su respuesta. Agape es el amor que Jesús derramó cuando nos perdonó en la cruz. Por tanto, los “muchos” a quienes Jesús se refiere son cristianos que han dejado enfriar su agape.
Hubo un tiempo cuando hacía todo lo posible para demostrarle mi amor a cierta persona. Pero parecía que cada vez que me acercaba en amor, esta persona me rechazaba con críticas y maltrato. Esto continuó durante meses. Un día, me harté.
Me quejé ante Dios. “Ya aguanté suficiente. Ahora tú vas a tener que hablarme al respecto. Cada vez que le demuestro tu amor a esta persona, ¡solo consigo que me refriegue en la cara su enojo”.
El Señor comenzó a hablarme. “¡Necesitas desarrollar tu fe en el amor de Dios!”.
¿Qué quieres decir?, le pregunté.
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción”, me explicó,
El Señor continuó hablando a mi corazón: Debes entender que cuando siembras el amor de Dios, cosecharás el amor de Dios.
Necesitas desarrollar la fe en esta ley espiritual, a pesar de que puedas no cosechar del campo en el cual has sembrado o tan pronto como quisieras. En mi momento de mayor necesidad, mis amigos más cercanos me abandonaron. Judas me traicionó, y Pedro me negó. Había cuidado de ellos durante años. Sin embargo, elegí perdonarlos y morir por ellos. No me pidieron que los perdonara, mas les concedí el perdón. Tenía fe en el amor del Padre. Sabía que porque había sembrado amor, cosecharía el amor de muchos hijos e hijas del reino”.
Dejé de creer que estaba fracasando cuando el amor de dicha persona no era recíproco. ¡Me hizo libre para quererla aún más!
QUITAR LOS OBSTÁCULOS
Evalúe sus relaciones de amor con Dios y con su prójimo. ¿Están basadas en el amor phileo o agape? ¿Qué acciones puede tomar para fortalecer su amor agape? Realice algunos planes específicos en esta área.
ORACIÓN
Señor, dame poder para amarte a ti y a otros con un amor incondicional. El mundo ama con un amor condicional, pero te pido que me des tu poder sobrenatural para amar sin ataduras ni condiciones. Me propongo por medio de tu gracia sembrar semillas de amor y de perdón en aquellos que hoy se crucen en mi camino. Guía mis pasos para caminar en la intimidad contigo. Celebro tu vasto amor por mí y por el mundo que me rodea, el cual demostraste a través de la muerte y resurrección de Jesús.
Te alabo porque me tomas de la mano y me guías por el camino hacia la intimidad contigo.
Entrego mis planes en tus manos y te pido que los llenes con tu amor. Amén.
GUÍA PARA EL CAMINAR DIARIO
Mateo 24; Gálatas 6”
