Nuestra cultura se enorgullece del pensamiento independiente. Decir que uno es obediente suena como si fuera un cristiano ingenuo, alguien que sigue al Señor a ciegas, sin previsión o entendimiento. Sin embargo, nada está más lejos de la verdad. No es el débil quien camina en obediencia, sino el fuerte. El camino a la presencia de Dios implica escuchar la voz de Dios, para entonces obedecer su verdad revelada.
Abraham es conocido como el padre de todos los que creen (Ro. 4:16). Dios dice a través de Isaías:
Dios no llamó a un grupo de personas; Él llamó solamente a Abraham. Abraham tuvo la valentía de obedecer y seguir la voz de Dios. Se necesita valor y un corazón dispuesto para dejar la comodidad, la seguridad y lo conocido y permitir que el Espíritu de Dios nos guíe. Abraham dejó atrás su parentela, amigos y la herencia del hombre para responder el llamado de Dios. A fin de conocerle, dejó todo y siguió a Dios a una tierra desconocida, la cual Él había escogido.
Dios bendijo la obediencia de Abraham y multiplicó sus posesiones y su familia en el proceso. Sin embargo, cuando Abraham dejó su entorno confortable y llegó a la tierra a la cual el Señor lo había guiado, se encontró con una gran hambruna. Ahora, deténgase y piense al respecto.
Dios promete bendecir a Abram (su nombre original), hacer de él una gran nación y engrandecer su nombre. En obediencia, Abram deja todo y sigue al Señor a una tierra ¿de hambruna?
La mayoría de nosotros, dadas las circunstancias de Abram, hubiésemos creído que no habíamos escuchado a Dios y regresado a nuestra tierra. Sin embargo, Abram no permitió que estas circunstancias afectaran su fe en Dios. Él sabía que Dios era capaz de proveer durante el tiempo de hambruna. En los caminos de Dios, debemos obedecer su Palabra y, por fe, avanzar firmemente en nuestro viaje. Por medio de esta obediencia, Dios se revela a nosotros de una manera nueva.
Considere a algunas personas claves de la Biblia y cómo actuaron en fe y en obediencia:
En el camino a su presencia, Dios se revela a nosotros de una manera fresca y nueva. En un cántico de alabanza profético, Isaías declaró: “Sin embargo, para los que son justos, el camino no es empinado ni accidentado.
Tú eres Dios. Haces lo que es justo y allanas el camino delante de ellos. Señor, mostramos nuestra confianza en ti al obedecer tus leyes; el deseo de nuestro corazón es glorificar tu nombre.
Continuamos en nuestro camino a su presencia, anhelando conocer mejor a Dios y hacer lo correcto. Dios quería revelarse a sí mismo a los hijos de Israel, tal como se le había revelado a Moisés. Pero los hijos de Israel retrocedieron de tal experiencia, diciéndole a Moisés:
Nunca lo conocieron; solo conocían acerca de Él. Por lo tanto, nunca pudieron guardar sus mandamientos y no entraron en la Tierra Prometida.
Dios quiere que nos acerquemos a su presencia por medio de la obediencia. Prepare su corazón para buscarle a Dios. Lave sus manos y purifique su corazón. Luego avance en fe. Durante los próximos cinco días, examinaremos la obediencia. Pasemos la página y continuemos nuestro viaje por el camino a su presencia.