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LECCION 13 DIARIO

Recuerde: Escuchar. Esa fue la palabra lema. En su lectura de hoy, atrévase y escuche la voz del Espíritu. Haga del escuchar atentamente, una práctica permanente de su vida de oración. Mientras usted #OraLee la Palabra, el Espíritu Santo algunas veces le abrirá una Escritura, para poder entenderla mejor.

Esas revelaciones son increíblemente valiosas, vale la pena que las escriba. A eso se le llama llevar un diario. La evidencia sugiere que Pablo llevaba un diario:

[edgtf_button type=”wired” text=” “Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.“ (2 Timoteo 4:13)” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

En los días de Pablo, los pergaminos eran equivalentes a las libretas de hoy en día. Parece que Pablo, mientras leía las Escrituras, escribía las revelaciones inspiradas por el Espíritu en pedazos de pergaminos. Esas meditaciones, eran tan preciosas para él, que cuando le pidió a Timoteo que le trajera sus pertenencias, él enfatizó su deseo de recuperar sus libros, su colección de pergaminos.

El hombre más dedicado a la búsqueda de Dios, de todos los tiempos, llevó un diario. El salmista estaba determinado a no olvidar los preceptos del Señor (Salmo 119:93). Llevar un diario probablemente le ayudó. Escriba el Salmo 119:93 aquí:

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ORE. Háblele al Señor sobre este verso. Dígale que usted comparte la determinación del salmista. Yo mantengo un diario de revelaciones y verdades bíblicas porque es un principio enseñado por Jesús.

[edgtf_button type=”wired” text=” “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.” (Lucas 8:18)” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

La palabra que se enfatiza es como. ¿Cómo debemos escuchar? Debemos escuchar de manera que podamos guardar lo que hemos recibido. Jesús dijo “más se le dará” a aquellos que retienen lo que se le ha dado. Si nosotros hacemos de la palabra que Él nos habla, una crónica permanente de nuestra historia con Él, entonces nos dará más.

“Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.“ (2 Timoteo 4:13)

“Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.” (Lucas 8:18)

Personalmente, yo tengo una pésima memoria. Si no escribo las revelaciones que Dios me da, las olvido. Entonces, yo las escribo y las reviso más tarde. Más que todo, quiero retener las cosas que Dios me da. ¿Por qué? Porque yo quiero más.

Yo veo en el futbol americano una analogía de lo que Jesús quiso decir. Suponga que el receptor atrapa la pelota, pero luego la bota. El lanzador se molesta. Si el receptor bota un segundo pase, el lanzador estará decepcionado. Si el receptor bota una tercera pelota, el lanzador no le lanzará más pelotas. Acá está el principio: Para que le tiren la pelota, el receptor debe tener una trayectoria confiable, de atrapar y retener pelotas.

Esta misma verdad se aplica en el reino. Si nosotros queremos que Dios nos continúe hablando de Su palabra, nosotros debemos retener lo que Él nos da. Ahí es donde el diario tiene su función. Es la forma de retener aquellas cosas que Dios nos habla, de Su Palabra, para que nosotros podamos recibir más.

¿Cuál es la forma más práctica de hacer esto? Cuando usted lee un verso que repentinamente significa algo especial para usted, escriba las dos cosas “el versículo y la verdad recibida. Cuando usted pueda, ingrese esas notas a su computadora o libreta. Incluya la fecha y el versículo completo. Luego, desarrolle un sistema para revisar lo que ha ingresado—para retener se requiere revisar—. La retención es una práctica rigurosa, pero nosotros lo hacemos por una simple razón, Queremos más. Y nosotros sabemos que Él dará más, cuando nosotros hacemos el esfuerzo de retener lo que ya hemos recibido.

ORE. Pídale ayuda para desarrollar una forma de retener todo lo que Él le da en Su Palabra. Dígale a Él cuán desesperado está usted por más.

Decida hoy cómo usted estará anotando en su diario, las verdades que Dios le da. Tomará tiempo el perfeccionar su sistema, pero al menos empiece. Para empezar, escriba sus respuestas a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué tipo de libreta traeré a mi tiempo de oración?

2. ¿Será mi diario permanente de papel, o será un folder en la computadora?

3. ¿Cuáles son las formas prácticas en las que puedo revisar mi diario, para no olvidar las cosas que Dios me ha hablado?

A pesar de que toma tiempo, el llevar un diario es poner estratégicamente los elementos esenciales que, al estar en su lugar, le ayudaran a desarrollar una vida de oración fuerte y consistente. Usted está preparándose para más.

¡Que tenga un día maravilloso, en Cristo!