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LECCION 12 ESCUCHE

Recuerde: Por los últimos días, nosotros hemos orado la Escritura mientras la leemos. Mientras más ejercitamos el músculo de #OrarLeer, ganamos más entendimiento y nuestro tiempo con Dios será más significativo.

El Señor me mostró en una ocasión, lo que yo creo, es la verdad más importante en la Biblia. Una palabra de Cristo me seguía golpeando ya que Él la repetía constantemente. Usted la descubrirá en estos versos.

[edgtf_button type=”wired” text=”“Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas” (Mateo 10:27) “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15) “¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos 8:18)” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

Oír. Ahí estaba esa palabra. Una y otra vez. Fue la primera palabra en Su conocida parábola del sembrador (Mateo 13). Esa parábola reveló que la forma en que nosotros oímos la palabra determina el fruto que ella produce en nuestras vidas.

Todo en el reino de Dios está basado en el oír. Si oímos del cielo, las puertas del reino se abren. Todo cambia cuando escuchamos de Dios y actuamos en base a Su palabra.

Esta es la razón por la que cuando venimos al lugar secreto, venimos primeramente a escuchar. Sí, es tiempo de hablar con Dios; pero más que eso, es tiempo de escuchar a Dios.

Las cosas no cambian cuando yo le hablo a Dios, las cosas cambian cuando Dios me habla a mí. Cuando yo hablo, nada pasa. Cuando Dios me habla, el universo cobra vida. Entonces, en nuestra vida de oración, nosotros debemos ser lentos para hablar y rápidos para escuchar.

Yo no le puedo indicar a Dios que decir o cuando decirlo. Pero yo puedo ponerme en la posición, de que cuando Él hable, yo estoy listo para escuchar y responder.

Nosotros pasamos tiempo en la palabra para poder escuchar de Dios. Alguien podría decir “Pero yo nunca escucho a Dios” Si le pasa eso, yo le diré por qué. Porque usted no está viviendo en Su Palabra. Aquí se lo digo.

ORE. Dígale al Señor que usted está recibiendo esta exhortación. Exprésele su deseo por escuchar Su voz.

Nosotros vemos la importancia de escuchar, en el Salmo

[edgtf_button type=”wired” text=”“Si ustedes oyen hoy Su voz, no endurezcan el corazón, como en Meribá, como aquel día en Masá, en el desierto.” (Salmo 95:7-8) (Nueva Versión Internacional)” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

Por causa de la dureza del corazón, los Israelitas no creyeron ni obedecieron a Dios. ¿Qué tan importante es este verso? Bien, el escritor de hebreos lo cita seis veces. Es un buen verso para hablarlo con Dios.

ORE. Pídale a Dios por un corazón suave—un corazón que responda en fe y obediencia—cada vez que Él habla. Pídale gracia para aprender del ejemplo de los israelitas que tuvieron un corazón duro en el desierto. Jesús, yo digo sí, a toda palabra de Tu boca.

Pablo pronunció la frase tan conocida que la fe viene por el oír. (Romanos 10:17). La fe escucha. Eso es lo que Pablo enfatizó en este versículo:

[edgtf_button type=”wired” text=”“Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gálatas 3:5)” target=”_self” icon_pack=”” font_weight=”” text_transform=””]

Tome unos momentos para reflexionar en las implicaciones de este verso.
— Cuando la fe oye la palabra, la provisión del Espíritu se abre para nosotros. — Cuando la fe oye la palabra, milagros son hechos entre nosotros.

ORE. Pida por una fe que realmente escuche la voz de Dios e imparta la vida de Dios a otros. Nosotros deseamos cultivar la disciplina de escuchar mientras leemos la palabra. Nosotros no leemos solo para decir, “Ya completé la lectura bíblica que tengo que hacer cada día”. Nosotros leemos, para escuchar.

Escuchar de Dios frecuentemente ocurre en forma sencilla:
— Ponga la palabra de Dios frente a usted.
— Hable a Dios internamente mientras usted lee, así cambiará su tiempo de lectura en una

conversación interactiva.
— Tome tiempo para meditar en cualquier versículo que Él Espíritu le muestre. Haga preguntas

acerca de ese versículo. Mientras usted pregunta que quiere decir el versículo, también pregunte que no quiere decir el versículo. ¿Vienen otras escrituras a su mente que le dan una iluminación única a ese versículo?

Mientras usted toma tiempo para ir a las profundidades de la Escritura, usted está en la posición de escuchar a Dios.

Termine su tiempo de reinicio hoy, expresando cuán“ansioso está usted por escuchar Su voz. Exprese suavemente su amor por Jesús