'Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Introducción
Para romper el hielo:
¿En algún momento de su vida tuvo usted que enfrentar el rechazo y la discriminación? ¿Cómo se sintió?
¿Cuál fue la mayor dificultad que usted enfrentó en su vida? ¿Cómo consiguió superarla y vencer?
En Capernaúm, una ciudad ubicada a orillas del mar de Galilea vivía un hombre paralítico
agobiado por sus pecados y sumido en la tristeza y la desesperanza.
Afortunadamente, este hombre imposibilitado tenía cuatro amigos.
¿Quiénes eran estos hombres? Se desconoce su origen y sus nombres.
No se sabe si asistían a alguna congregación. No sabemos si eran creyentes. Pero esto no
importa, la Biblia no se interesa en darnos esos detalles sino en mostrarnos lo que ellos
hicieron.
El accionar y el carácter de estos cuatro amigos del paralítico nos revelan claramente lo que
debemos hacer para llevar a nuestros amigos y familiares que se encuentran enfermos física,
emocional y espiritualmente a los pies de Cristo.
“Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no
podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y
haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos,
dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. Marcos 2:3-5
El evangelismo de la amistad requiere de más de una persona para ser efectivo.
Esto es lo que llamamos cooperación en la salvación. En el pasaje de Marcos 2:1-12 tenemos un vivo ejemplo de esto.
Fue necesaria la participación de cuatro hombres para traer a un paralítico delante del Señor
con el propósito de ser sanado. “Ninguno fue enviado solo, sino que el hermano iba asociado
con el hermano, el amigo con el amigo.
Así podían ayudarse y animarse mutuamente, consultando y orando juntos. Supliendo cada uno la debilidad del otro
Un Ejemplo
Entre las variadas actividades cooperativas que desarrollan a diario los delfines, la más
sorprendente es la ayuda a compañeros en apuros. Cuando un delfín está enfermo o herido y
no puede respirar por sí mismo es asistido por dos compañeros de la manada que,
colocándose debajo de él lo llevan hacia la superficie donde logra respirar.
Los Delfines nos enseñan una gran lección. Necesitamos estar cerca de otros para tenderles la
mano.
No vivamos más aislados. Dios nos hizo para estar cerca y para llevar esperanza a nuestros
amigos necesitados.
Galatas 6:9,10. Los cuatro amigos llegaron con el propósito de poner en contacto al paralítico con Jesús, la
Escritura nos informa que la casa donde el Maestro estaba predicando se encontraba
abarrotada de gente, de tal manera que ya no cabían ni aun a la puerta.
Ellos no se desanimaron frente al primer obstáculo que encontraron, sabían que si eran
persistentes, alcanzarían su propósito.
Marcos 7:24-30
– Cuando no les funcionó el método de la puerta, recurrieron al método del techo, estos
eran hombres con ideas nuevas, y los hombres con ideas nuevas prosperan mientras otros se
desvanecen y decaen.
El recurso del techo era un camino nuevo, más dificultoso, más riesgoso, pero efectivo.
¿A quién se le ocurrió? No sabemos. ¿Quién prestó una escalera? ¿Quién facilitó las sogas?
– Toda una red de manos solidarias, aportaron para hacer un agujero en el techo.
– Su determinación y creatividad merecieron el reconocimiento de Jesús.
– Y el que había entrado postrado llevado por cuatro, salió caminando solo y llevando su
propia camilla.
Hoy más que nunca nuestra misión exige descubrir caminos nuevos, extravagantes, quizás
ridículos para quien mira de afuera.
Hoy igual que ayer, son esos caminos los que hacen que un amigo sea perdonado, sanado y
salvado.
Los Cristianos debemos ejercitar toda nuestra fe.
Marcos 2:5, dice que “Al ver Jesús la fe de ellos” de los cuatro amigos, bendijo al paralítico
con “Tus pecados te son perdonados”.
– Estos cuatro tuvieron una fe audaz.
¿Qué es la fe audaz? Es la que reconoce que hay una situación que está en parálisis, y que
sólo Dios puede levantar y hacer andar.
Puede ser una crisis económica, familiar o cualquier otra situación, por la que hemos orado, pero no basta con orar.
Hay que actuar, y quizás, hacer una acción audaz, como la que hicieron estos cuatro amigos.
Conclusión
Llevemos a nuestros amigos, vecinos y familiares que se encuentran enfermos física,
emocional y espiritualmente a los pies de Cristo, entonces Él se encargará de perdonarlos,
sanarlo y salvarlos.
Actividad misionera para esta semana
Hagan planes para que cada miembro del grupo pequeño, invite a un amigo de su vecindario a
tu celula y a la Iglesia.