
“Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”
Introducción
Para romper el hielo:
¿Qué lecciones aprendiste acerca de lo que significa vivir por fe?
El misionero Tony Campolo se encontraba en un lugar que tenía un huso horario muy diferente y no conseguía dormir. Entonces, bien pasada la media noche salió a deambular hasta que llegó a una cafetería. Algunas prostitutas locales también entraron en medio de la madrugada. Tony no pudo evitar escuchar la conversación entre dos de ellas. Una, llamada Agnes, le dijo a otra: “¿Sabes una cosa? Mañana es mi cumpleaños. Voy a cumplir 39 años… Nunca tuve una fiesta de cumpleaños en toda mi vida”.

Cuando salieron, Tony tuvo una idea. Preguntó al dueño de la cafetería si acaso Agnes iba para allá todas las noches. El hombre le dijo que sí, entonces Tony lo invitó a participar de una conspiración para organizar una fiesta sorpresa. Incluso la esposa del dueño de la cafetería se animó con la idea. Juntos arreglaron una torta, velas y decoración de cumpleaños para festejar con Agnes, que para Tony era una completa desconocida. La noche siguiente, cuando Agnes entró, todos gritaron ¡SORPRESA!…
Agnes no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Todos quienes estaban en la cafetería le cantaron el cumpleaños feliz, y ella comenzó a llorar tanto, que no podía soplar sus velas. Luego de eso, salió cargando su torta como si fuese un tesoro.
Tony condujo a los invitados en un momento de oración por Agnes. El dueño de la confitería le dijo que nunca pensó que Tony fuese un predicador o pastor. Entonces le preguntó a Tony de qué tipo de iglesia era. Tony respondió “de una iglesia donde se hacen fiestas de cumpleaños para prostitutas a las 03:30 horas de la madrugada”. El hombre no podía creer. “Eso es imposible. No existe una iglesia así. Si existiese, me uniría a ella… Sí, yo sería parte de una iglesia de ese tipo”.
¿Y acaso no quisiéramos todos?
¿Acaso no todos nos uniríamos a una iglesia a la que le importan tanto los desvalidos que sea capaz de hacer fiestas para prostitutas a las 3:30 de la mañana? Bueno, les tengo buenas noticias. Ése es el tipo de iglesia que Jesús vino a crear.
Una iglesia llena de gente que sale al mundo como agentes de Cristo llevando Su Mensaje con gozo y amor a aquéllos que no tienen nada por qué celebrar.
Una iglesia que lleva la salvación y su celebración al quebrantado. Y eso es lo que hemos sido llamados a hacer, esparcir el mensaje de salvación, amor y gozo a un mundo triste y sin nada qué celebrar.
Mateo 9:11,12.
“Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”.
En el tiempo de Jesús había dos clases de personas despreciadas, y hasta odiadas. Los publicanos y los pecadores.
Los publicanos eran judíos encargados por el Imperio Romano para recaudar impuestos. Muchos de ellos, como Zaqueo, cobraban de más, y se quedaban con parte del dinero, enriqueciéndose, y siendo así odiados por todos.
Los pecadores eran una clase de personas que, siguiendo los criterios de la época, pecaban en gran escala.
Realmente eran todos pecadores, pero los judíos de aquel tiempo categorizaban a algunos con ese título porque veían en ellos gente de la peor especie.
Así pasaba, por ejemplo, con las prostitutas, los enfermos incurables, etc. Eran personas despreciables y abominables.
No debía uno andar con ellas, ni hablar con ellas, y mucho menos entrar a sus casas.
Y Jesús andaba con estas personas, y hasta entraba en sus casas y comía con ellas. Él dijo que había venido para llamar a pecadores, no a justos.
Dios nos llama para ir a llevar esperanza, y un mensaje de salvación a todos aquellos que han sido excluidos y marginados de la sociedad.
¿Quiénes son, actualmente, los excluidos de la sociedad, los inferiores, los mal vistos, los detestados, los separados?
“Lo marginal de la sociedad son las personas que están fuera de la convivencia social, son los discriminados, los excluidos.
– Es la madre soltera, que lleva en su vientre la marca de una lágrima, de la incomprensión y de la falta de solidaridad.
– Es el niño o niña que no tiene una casa, que no tiene derecho a un padre o a una madre.
Excluido es aquel (o aquella) que ya ha vivido muchas experiencias que la familia no quiere compartir y un asilo cualquiera se convirtió en su hogar.
Excluido es el que parece ser diferente, como por ejemplo un discapacitado que a menudo no tiene la oportunidad de trabajar, de ser parte de un grupo sólo por puro prejuicio.
Excluido es el hombre de color que en general tiene los puestos de trabajo más inferiores, es minoría en las universidades, es mayoría en los tugurios y suburbios, y es víctima así de prejuicios.
Excluidos son los alcohólicos , los drogadictos, los sin tierra, los sin techo , los desocupados, sin escuela, sin universidad, sin memoria, sin salud, sin dinero, sin dirección , sin familia, sin amigos , sin amor, sin respeto, sin derecho, sin dignidad.
Excluidos son aquellos que están aislados, en las cárceles, asilos, albergues … o los tirados en la calle, como una simple “basura” que molesta mirar y que a veces dejamos pasar con tan solo un pensamiento de ‘no deberían existir mendigos ni gente viviendo así’…”
Muchas veces los excluidos sólo necesitan de una oportunidad en la vida. Muchos de ellos caminan a un paso del arrepentimiento, del cambio de vida, y necesitan apenas de un pequeño incentivo hecho con cariño.
Era esto lo que Jesús hacía, ¡y a cuántos así sacó de la muerte para vida eterna!
Conclusión
Jesús no desprecia a nadie. Hay gente de principios nobles entre las personas que sobreviven buscando en la basura, o entre las que están incluso más debajo de esa condición.
Nosotros debemos seguir el ejemplo de Cristo y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que todos ellos se encuentren con Jesús, dejen su pecado y empiecen a disfrutar de una vida más digna en esta tierra, y la esperanza de la vida eterna.
Actividad misionera para esta semana
Dilo a tres. Que cada integrante del Grupo Pequeño anuncie a tres amigos que Cristo viene pronto.
En la próxima reunión compartan su experiencia.