Recuerde: nosotros renovamos nuestra determinación de obedecer. Nosotros seguimos cada palabra de nuestro Salvador, porque sabemos que la obediencia transforma la oración en una aventura emocionante.
La oración se trata completamente de amor. Reduzca la oración a su esencia fundamental y usted quedara sólo con amor. Un Reinicio de oración es un volver a nuestro primer amor (Apocalipsis 2:4) La escritura describe a Jesús como nuestro Novio celestial y a nosotros como Su novia. Es lenguaje de amor y es expresado en forma hermosa en el Salmo 45.
Claramente, el amor que fluye entre el Rey y Su novia es romántico. El único elemento que distingue el amor romántico de otras clases de amor es el elemento del deseo. En el romance, hay un deseo fuerte de estar juntos. Parece que no nos saciamos el uno del otro.
ORE. Exprese su deseo por su Novio, el Señor Jesús. Dígale cuanto usted desea estar con Él y verle a Él. Ruéguele que regrese. Deje que el amor fluya. Su Espíritu le capacitará para que usted le ame a Él de vuelta, con la misma dimensión de amor divino, con la que Él le ama a usted, porque se necesita a Dios para amar a Dios .
El lugar secreto es un vientre. Es donde el amor es alimentado y crece. Sí, el amor crece. Cuando se trata del amor, nadie es un experto; todos necesitamos crecer en nuestra capacidad para recibir y para expresar Su amor. Nosotros siempre estaremos buscando formas de dar más de nuestros corazones. Así como el fuego nunca se satisface (Proverbios 36:16), las pasiones ardientes del amor divino siempre buscan mayor entrega. Más amor, siempre más.
Vea como Jesús describió el amor que compartimos:
Jesús dijo que Él nos ama a nosotros, así como el Padre le ama a Él. ¡Qué amor tan maravilloso debe ser ese! Luego Él dijo que nosotros debemos amarnos los unos a los otros con el mismo amor. Entonces el amor que fluye entre el Padre y el Hijo es el modelo del amor que fluye entre nosotros y Cristo y luego entre nosotros y otras personas.
Nosotros pensábamos que era suficiente amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 19:19), pero Jesús subió el estándar, Él dijo que debemos amar a nuestro prójimo de la misma manera que el Padre ama al Hijo.
¿Cómo podemos amar de esa forma? Se consigue solo yendo al vientre del lugar secreto y ahí recibiendo de Su poder para amar.
ORE. Inicie una búsqueda para explorar lo que Él quiso decir con “Permaneced en Mi amor” (Juan 15:9)
Considere el amor maravilloso descrito en Romanos:
Pablo concluyó Romanos 8, describiendo el “Monte Everest” de todos los amores—el amor de Dios del cual nada nos puede separar —.
Luego, en el verso que sigue inmediatamente (el espacio entre capítulos es una separación artificial), Pablo describe lo que es el amor más alto por nuestros semejantes. Él tenía tal amor
que venía de Dios, por sus compañeros judíos, que él estaba dispuesto a entregar, no solamente su vida terrenal sino hasta su vida eterna por ellos. Él pudo desear haber sido condenado eternamente y estar separado de Cristo, si eso significaba la salvación de sus compañeros judíos a quienes él amaba.
El amor de Dios que vemos en Romanos 8, le dio a él, el amor hacia los de su pueblo, del que habla en Romanos 9.
ORE: Oh Dios, lléname con este amor. Dame la dimensión del amor del que se habla en Romanos 8. Quisiera que este amor llene mi corazón y que yo pueda obtener el amor que Pablo tuvo en Romanos 9, para la gente que me rodea. ¡Dame ese amor!
Quiera que su vida de oración siempre descanse firmemente en las bases del amor.
Mientras usted sale de su lugar secreto, busque alimentar la llama de este amor durante todo el día. ¡Hágalo todo por amor!