«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.» Juan 15:4-5
Damos frutos cuando nos enfocamos en Dios.
1. Nuestra cultura está orientada al rendimiento y el desempeño competitivos.
El enfoque está en los resultados… en nuestros trabajos, en los deportes, en nuestros pasatiempos. Queremos saber para qué puede usarse algo o qué produce.
¿Abordas la vida con Jesús de esta manera? Explica. ¿Sí o no? ¿Por qué?
¿Sientes a veces que seguir a Jesús es una carga adicional? ¿Sí o no? ¿Por qué?
2. Después de leer la Introducción de esta lección, ¿cómo crees que deberías abordar la vida de seguir a Jesús?
Si bien es cierto que superar la ansiedad es importante, esta lección menciona otra meta… una que hace referencia a nuestro propósito aquí en la tierra, un recordatorio del panorama completo.
¿Te diste cuenta? Una pista: lee Juan 15.8. En ocasiones, necesitamos despejar nuestra lista espiritual de tareas por hacer.
•Lee Lucas 10.39–42 y fíjate específicamente en lo que Jesús le dice a Marta.
¿Qué quiere Jesús ver en nosotros? Combina Juan 15 y Lucas 10, y define cuál es la meta predominante de tu vida.
¿Alivia tu ansiedad el saber que Jesús tiene un solo enfoque cuando mira tu corazón?
ELIGE LA CALMA
3. En Filipenses 4 (NVI) encontramos varias instrucciones: «No se inquieten por nada», «presenten sus peticiones a Dios y denle gracias», «alégrense siempre en el Señor» y la lista continúa.
Es muy probable que quieras hacer todo esto. Suena muy bien, pero tal vez estés cansado.
El dolor, la pérdida, las heridas y la ansiedad tal vez te hayan agotado, y hasta la idea de reunir las fuerzas suficientes para hacer estas cosas — para vivir sin ansiedad— es algo que sencillamente no puedes hacer.
Esta Lección 18 es un oasis en el desierto. En lo que resta de esta sección, en lugar de contestar más preguntas, medita en las citas y el texto bíblico que aparecen a continuación.
Haz anotaciones en tu diario. Permite que te cubran y te fortalezcan. Usa estos pasajes para permanecer en Cristo.
Te cansas de la inquietud. Estás listo para terminar con las noches de insomnio. Deseas estar ansioso por nada.
Anhelas el fruto del Espíritu. Pero ¿cómo das este fruto? ¿Lo intentas con más ahínco? No, te aferras con más fuerza.
Nuestra tarea no es la fertilidad, sino la fidelidad. El secreto para dar frutos y vivir sin ansiedad no es tanto hacer, sino permanecer».
“Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto El que no permanece en mí es desechado y se seca Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá Permanezcan en mi amor permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor». (Juan 15.4–10 NVI).
«“¡Ven a vivir conmigo!”, nos invita Jesús. “Haz de mi hogar tu hogar”
Cuando un padre dirige a su hijo de cuatro años por una calle congestionada, lo toma de la mano y le dice: “Sostén mi mano”. No le dice: “Memorízate el mapa”, ni “Trata de esquivar el tráfico”, ni “Veamos si puedes encontrar el camino de regreso a la casa”. El buen padre le da al hijo una responsabilidad: “Sostén mi mano”.
»Dios hace lo mismo con nosotros. No te sobrecargues con listas. No nutras tu ansiedad con el miedo de no cumplirlas. Tu meta no es conocer cada detalle del futuro. Tu meta es sostener la mano de Aquel que nunca jamás te la suelta».
«Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán.
¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”
“¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”. Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas» Mateo 6.25–34 NVI
MEDITACIÓN
«Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa» Juan 15.9–11 NVI