Visitenos
2740 Valwood Parkway Ste. 120 Farmers Branch, Texas. 75234
info@elredentor.us
Ph: 662.727.5155
Back

LECCION 17: YO IRE A NINIVE LA GRAN CIUDAD

Había un hombre en Israel llamado Jonás, hijo de Amitai. Un día el SEÑOR le dijo: 2«Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y avisa que voy a acabar con ella porque la noticia de su maldad ha llegado hasta mi presencia».

Introducción

Para romper el hielo:

¿Alguna vez tuviste que ser portador de una mala noticia?


¿Cómo lo hiciste?


¿Cuál es la noticia que más dolor te ha causado?

El libro de Jonás presenta los elementos básicos de toda obra evangelística:


1. Un Dios que envía.


2. Una misión.


3. Un mensaje que debe ser entregado.


4. Un predicador que debe ir.


5. Un pueblo que necesita ser evangelizado.

Pero al leer el libro de Jonás, a pesar de notar estos elementos, pareciera que el sermón a
predicar sería: “Todo lo que usted no debe hacer cuando se le llama a cumplir la misión”.

En el primer versículo de Jonás podemos evidenciar claramente el carácter MISIONERO
de Dios.
Es, Él quien toma la iniciativa, no es el profeta que busca un llamado, es Dios mismo quien
llama.
Y ese llamado no es aleatorio, es específico: “Jonás, hijo de Amitai”, lo que nos recuerda una
vez más que Dios nos conoce bien y desde siempre .
Salmo 139:13, Jeremías 1:5.
Al igual que a Samuel. 1 Samuel 3:1-10
A David. 1 Samuel 16:1-13
A la viuda de Sarepta 1 Reyes 17:8-16.

Así, Dios nos muestra que el motivo de este llamado específico a “Jonás, hijo de Amitaí” es
por una razón, porque lo conoce, sabe quién es, dónde vive, y también sabe cómo es él, y de
seguro, cómo responderá al llamado.
“Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran
ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí”. Jonás 1:1,2
En el versículo 2, se pueden observar la sucesión de tres verbos imperativos. Los
mismos denotan el carácter de la misión y el tenor del llamado:

1- Esta el verbo “Levántate”, acá usa un verbo imperativo.

– No es un llamado liviano ni pasivo. Es un llamado fuerte, es un mandato, con un sentido de
urgencia, es un llamado a “levantarse”, como cuando Dios se levanta en defensa de su
pueblo. Daniel 12:1
– Nínive está en problemas, hay mucha maldad en esa gran ciudad, y es por ello que recurre
al ser humano, a Jonás, y le dice: “¡Levántate!”.
– Se puede notar a un Dios preocupado, y hasta “desesperado” por la maldad de Nínive, y le
hace un llamado a un instrumento humano, un profeta, y espera que ese llamado imperativo
sea correspondido del mismo modo.

2- Luego de que Dios le dice en voz imperativa y urgente: “¡anda!”, “camina”, también denota “ir”, “viajar”, o sea, “ir de un lugar a otro”, en cualquier forma de transporte.

Jonás necesita salir de su tierra para emprender una caminata, un viaje, y este viaje, al igual
que el llamado a levantarse, es urgente, es pronto.
– La misión, en simples palabras, no se hace sentado, ni mucho menos, estático.

3- Dios le dice “¡predica!”, este verbo también está en imperativo.

– Dios le está diciendo al profeta qué es lo que tiene que hacer en Nínive, la ciudad grande y
corrupta.
– Jonás tiene que predicar, proclamar, llamar a voz en cuello, llamar a las personas de modo
que capte la atención.
– Las personas pueden estar distraídas o cegadas por sus maldades, pero Jonás debe
proclamar el mensaje, el evangelio.
Lo que resulta interesante es que, si el llamado es urgente e imperativo, también la acción de
Jonás debe hacerse en ese mismo sentido.
– Jonás debe predicar con sentido de urgencia. No hay mucho tiempo.
Dios envía al profeta a Nínive, pero el profeta hace todo lo contrario, se marcha a Tarsis.
Estas dos ciudades estaban totalmente opuestas en dirección, alejadas por muchos
kilómetros.

No es el lugar, es la voluntad de Dios y la voluntad de Jonás.

– Cuando el ser humano decide rechazar el llamado a cumplir la misión, no solo rechaza a Dios
(autor de la misión), sino que hace su propia voluntad.
– Por un lado, Dios queriendo salvar al ser humano, y por el otro, el enemigo, a través de
Jonás, tratando de impedir que ese plan se lleve a cabo.
Cuando se lee el libro de Jonás es inevitable hacerse algunas preguntas básicas:

¿Cómo un profeta puede actuar así ante un llamado?,


¿Por qué Dios dejó registrado esta historia nada ejemplar? Y es que la actitud del profeta es
contrastada marcadamente con los personajes secundarios (los marineros, los animales y los
ninivitas) y el personaje principal, Dios.
Mientras que Jonás desobedece el mandato a cumplir la misión, todos los personajes
secundarios cumplen fielmente y obedecen.
Mientras que Jonás es insensible y nada misericordioso, Dios muestra su gran amor, su gracia
y misericordia siempre.

Conclusión

Jonás dormía mientras el barco estaba en medio de una tempestad, una tormenta que parecía
que el barco se partiría. Todos estaba desesperados buscando a sus dioses, clamando con
fervor (v. 4).


Se “supone” que Jonás tenía la VERDAD PRESENTE, el mensaje correcto, la doctrina
verdadera, pero lejos de predicar, simplemente dormía plácidamente como si el problema no
fuera su problema.


Tenemos vecinos, amigos, familiares que muchas veces viven en medio de tormentas y
tempestades, de problemas familiares, económicos, de salud, espirituales…


¿cuál es tu actitud como misionero?
¿Qué haces mientras tus vecinos claman a sus dioses?
¿Qué haces mientras la gente busca respuestas y soluciones a sus problemas?
No te pongas a dormir como Jonás mientras todo está a punto de perecer.


Levantémonos, vayamos y proclamemos un mensaje de esperanza centrado en Cristo Jesús
para salvación.