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LECCION 75: EL BANQUETE DE BODAS

‘Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: —¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! Jesús contestó: —Cierto hombre preparó un gran banquete e invitó a muchas personas. A la hora del banquete mandó a su siervo a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo”. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. El primero dijo: “Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes”. Otro indicó: “Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes”. Y otro alegó: “Acabo de casarme y por eso no puedo ir”. El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y ordenó a su siervo: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo y trae acá a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. “Señor —dijo luego el siervo—, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”. Entonces el señor respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. Les digo que ninguno de aquellos invitados disfrutará de mi banquete”. ‘

Lucas 14:15-24

Introducción

¿Cuáles son algunas de las excusas que las personas dan para no ir a la iglesia ni escuchar la palabra de Dios?
 
Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: ¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
 
¿Ustedes han tenido la experiencia de planear una boda o evento grande? ¿Cuánto tiempo y dinero se gastó en preparar el evento?
 
Usualmente la preparación de una boda o un evento grande lleva mucho tiempo y mucho dinero.
 
Aquí en la parábola nos podemos imaginar al padre del hijo que ha usado mucho de su tiempo y recursos para proveer el mejor banquete para su hijo
 
Podemos ver que es muy importante para el padre que todos vengan, así que él mandó a su siervo para decir les otra vez que todo estaba listo. Luc. 14:18-20. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse.
 
Primera Excusa.
 
“Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes.”
 
¿Cuál fue la primera excusa que un invitado dio? Compró un terreno y quería ir y verlo.
 
¿Piensan ustedes que ésta era una buena excusa? ¿Por qué o por qué no?
 
¿Qué podía haber hecho el invitado en vez de lo que hizo? Esta excusa realmente no era una buena excusa. El invitado no tenía que ir inmediatamente para ver el terreno. Fue algo que pudo haber esperado hasta otro momento.
 
Segunda Excusa!
 
Compró cinco yuntas de bueyes y quería probarlas.
 
Esta excusa también era algo que podía haber esperado hasta otro momento. No era necesario que él las probara en ese momento exacto. Era de noche
 
Tercer Excusa.
 
Se casó y por eso no podía ir.
 
¿Qué pudo hacer la pareja? Ellos pudieron ir juntos a la boda.
¿Piensan ustedes que estas razones eran las razones verdaderas por las que no quisieron ir al banquete? ¿Cuál era la razón verdadera por la cual no querían ir?
 
No tenían interés. Para ellos este evento no era importante. Ellos querían hacer otras cosas que para ellos eran más importantes. No tenían las ganas de ir. Lea Lucas 14:21-24
 
El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le mandó a su siervo: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.”
 
“Señor,” le dijo luego el siervo, “ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar.” Entonces el señor le respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. Les dijo que ninguno de aquellos invitados disfrutará de mi banquete.” ¿Qué hizo el señor después que los invitados lo rechazaron? Él mandó a su siervo a invitar a los que no fueron invitados originalmente para que ellos disfrutaran de su banquete. Juan 1:11; Romanos 9:25-33
 
Nosotros también como los invitados ponemos muchas excusas a Dios. Piensas un momento de las excusas que tú has dado a Dios a través de los años.
 
¿Cuáles son las cosas que han sido más importantes para ti antes que su relación con Dios?
 
¿Piensas que Dios sabe la razón verdadera por la cual no quieres acercarse a Él? ¿O piensas que Él cree tus excusas?
 
Cada día nosotros demostramos a Dios la importancia que Él tiene en nuestras vidas con nuestras acciones. Isaias 65:2
 
Dios nos da muchas invitaciones para aceptarle por medio de Su hijo que murió en la cruz para salvarnos y limpiarnos de nuestros pecados.
 
Pero pasamos a veces la mayoría de nuestras vidas rechazándolo. Y va a venir un momento cuando nuestro momento ha llegado y no vamos a tener otra oportunidad de aceptar Su invitación.
 
Pregunte: ¿Cuándo será cuando no tendremos otra oportunidad para aceptar Su invitación? Cuando muramos.