‘Levántate y vete —dijo al hombre—; tu fe te ha sanado. ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? —¿Acaso no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Al verlos, les dijo: —Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. gritaron: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres que tenían enferma la piel. Como se habían quedado a cierta distancia, Un día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pasaba por Samaria y Galilea. ‘
¿ Alguna ves has olvidado una acción que alguien huzo a tu Favor y nunca le has agradecido?
Jesus se agradó de uno de los que eran Leprosos que regresó, y así nos revela cómo Dios se agrada cuando nosotros somos agradecidos, y le expresamos ese agradecimiento.
Uno de los desafíos más difíciles del cristiano es mantener un corazón que esté genuinamente agradecido en medio de las adversidades. Job lo hizo. 1:20-22
La Acción de gracias es un elemento natural de la adoración cristiana.
1. UN CORAZÓN AGRADECIDO PUEDE DAR GRACIAS A DIOS SIEMPRE
Dar gracias a Dios es la actitud normal de un corazón agradecido (Col 3.15).
a) Debemos cultivar un corazón agradecido con Dios.
b) Cuando no hay gratitud, hay quejas y murmuraciones cada vez que enfrentamos una situación adversa. Esta era la conducta del pueblo de Israel en el desierto.
2. Dar gracias a Dios es la voluntad de Dios para los creyentes en Cristo Jesús (1
Tes 5:18).
a) Debemos dar gracias en todo momento, en todo lugar, en toda ocasión (Sal 34:1; 100:4).
b) Debemos dar gracias por todos los beneficios que El nos ha dado (salmo 103.1-5).
c) Debemos dar gracias porque El obra todas las cosas para nuestro bien (Ro 8.28).
II. UN CORAZÓN AGRADECIDO ES UNA CARACTERÍSTICA DE UNA VIDA LLENA
DEL ESPÍRITU (Ef 5:18-21).
1. Llenos del Espíritu podemos dar gracias a Dios, sin importar las circunstancias. Sabemos que la Gracia de Dios está trabajando en nuestras vidas, y
El nos da fuerza. (2 Co 12:9-10).
2. Llenos del Espíritu podemos dar gracias a Dios aunque no sintamos el deseo de hacerlo.
Dar gracias a Dios no es siempre una expresión de emoción, sino una decisión personal.
III. UN CORAZÓN AGRADECIDO SIEMPRE TIENE RAZONES PODEROSAS PARA DAR GRACIAS A DIOS
1. Porque Él es bueno, para siempre es Su misericordia (Sal 100; 106:1; 107:1; 2Cron 20:21).
2. Por todos sus beneficios para con nosotros. Sal 103:1-5
3. Por la Salvación tan grande que hemos recibido. Heb 2:3
a) Una salvación basada en el amor y la gracia de Dios y no en nuestras obras o méritos. Ro 5:8; Ef 2:8; Tit 3:5; etc.
b) Una salvación que nos da liberación de la culpa y poder del pecado (Ro 1:16-17; 6:14).
CONCLUSIÓN.
Dar gracias no es una respuesta forzada de los cristianos simplemente porque se supone que debemos estar agradecidos. Es en cambio el desbordamiento espontáneo de una vida que se vive.