‘Naamán se enfureció y se fue, quejándose: «¡Yo creí que el profeta saldría a recibirme personalmente para invocar el nombre del Señor su Dios, y que con un movimiento de la mano me sanaría la piel de mi enfermedad! ¿Acaso los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, no son mejores que toda el agua de Israel? ¿Acaso no podría zambullirme en ellos y quedar limpio?». Furioso, dio media vuelta y se marchó. Entonces sus criados se acercaron para aconsejarle: «Señor, si el profeta le hubiera mandado hacer algo complicado, ¿usted no le habría hecho caso? ¡Con más razón si lo único que le dice a usted es que se zambulla, y así quedará limpio!». Así que Naamán bajó al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado el hombre de Dios. ¡Entonces su piel se volvió como la de un niño y quedó limpio! Luego Naamán volvió con todos sus acompañantes y, presentándose ante el hombre de Dios, dijo: —Ahora reconozco que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel. Le ruego a usted aceptar un regalo de su servidor. Pero Eliseo respondió: —¡Tan cierto como que vive el Señor , a quien yo sirvo, no voy a aceptar nada! Y por más que insistió Naamán, Eliseo no accedió. —En ese caso —persistió Naamán—, permítame usted llevarme dos cargas de esta tierra, ya que de aquí en adelante su servidor no va a ofrecerle holocaustos ni sacrificios a ningún otro dios, sino solo al Señor . ‘
La obediencia es una acción poderosa que puede liberar la gloria de Dios en maneras que van más allá de nuestra imaginación. Sin embargo, obedecer es a menudo difícil porque nuestros deseos están siendo puestos a prueba.
Pero elegir no obedecer puede costarnos lo que más deseamos. A Moises le costo no entrar a la tierra prometida. Numeros 20:8-12 A Saul le costo el reino por no obedecer.
– Un desobediente siempre cree que está obedeciendo a Dios. 1 Samuel 15:13-23.
– El desobediente no quiere perder prestigio ante los demas. 1 Samuel 15:24-31.
Hay tres obstáculos que casi impidieron que Naamán siguiera las instrucciones de Dios y fuera sanado de manera milagrosa.
1. El orgullo. Proverbios 16:18;
– Como oficial de alto rango, Naamán temía que obedecer le costaría su dignidad.
– Por el contrario, sus servidores tuvieron la sabiduría de ver que el orgullo le estaba robando la vida. ¿Con qué frecuencia nos negamos a hacer lo que Dios dice, por temor a parecer ignorantes?
2. Las expectativas egocéntricas.
Egocentrismo = Es la Preocupacion desmedida por uno mismo.
– Naamán se enfureció cuando no se cumplieron sus expectativas según sus planes. 2o Reyes 5:10-12.
– De igual manera, nos enojamos con el Señor cuando no cumple con nuestras demandas.
– Pero si en realidad queremos su voluntad perfecta, debemos “dejarle” hacer las cosas a su manera.
3. La incredulidad. ( es desconfianza en Dios. )
– La Incredulidad es un abstaculo para que Dios haga milagros. Mateo 13:55-58
Puedes ver y recibir milagros y quedarte con el corazon endurecido. Marcos 6:52. Debido a que la fe de Naamán estaba limitada por su visión de cómo sería sanado, al principio no entendió cómo obedecer curaría su lepra. Juan 9:6,7.
Fue necesaria la fe de sus sirvientes para ayudarlo a ver que la obediencia era la clave para que Dios saciara su mayor necesidad. El llamado a obedecer a menudo deja al descubierto murallas de las cuales el Señor quiere liberarnos.
Conclusión
Cuando decidimos actuar con fe, Dios se manifiesta de una manera nueva que fortalece nuestra confianza en Él porque, en última instancia, lo que más necesitamos es conocerlo mejor.