20 »No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, 21para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: 23yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí. Juan 17:20-23
Introducción
Hablar de unidad en estos tiempos se ha convertido en un gran desafío.
La diversidad de pensamientos y la multitud de opiniones
La historia de Caín y Abel nos recuerdan que las raíces de envidia, rencor o enojo, causan muchos e incluso, la muerte.
Dios bendice la unidad. Su habitación preferida es su pueblo que vive en unidad. Salmo 133
Él envía bendición a los que están unidos. Deutoronomio 32:30;
Eclesiastes 4:9,10. De hecho, su carta de presentación ante los incrédulos, es la unidad de los creyentes.
1. La unidad atrae el favor de Dios, la división lo aleja.
Hay un poder sobrenatural que actúa cuando “habitamos juntos y en armonía”.
Entiéndase por habitar como “estar en el mismo lugar”. Por eso es importante congregarse.
La armonía nos ayuda a expresar una melodia que honra a Dios.
2. Dios habita donde hay unidad. Mateo 18:20
El Señor no está donde lo necesitan, está donde lo invocan. Romanos 12:4,5 Dios esta lejos donde hay contiendas.
El mundo reconoce a Jesus como Salvador, cuando ve al Pueblo de Dios unido. Hechos 2:44-47.
