13—No temas —le dijo Elías—. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes y tráemelo; luego haz algo para ti y para tu hijo. 14Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra”. 1 Reyes 17: 13-14

Introducción
¿Alguna vez diste todo lo que tenías? Marcos 12:41-44
¿En qué ocasión confiaste en lo que no podías ver ni entender? 2 Samuel 17:27-29;
Cuando le das a un rey, ese rey nunca olvida lo que le distes. 2o Samuel 19:33-38; 1o Reyes 2:7.
¿Qué lecciones aprendiste cuando distes por fe?
Tres años y medio no llovió y hubo una sequia y hambre muy grande en toda la tierra.
La viuda no está ansiosa por darle su último bocado de comida al Profeta. 1 Reyes 17:12
– Dios bendice a la Viuda por darle al Profeta. Marcos 10:41,42.
¿Qué clase de fe se requería de su parte de este Milagro? 2a Corintios 8:1-5
En muchas culturas, es más apropiado ofrecer algo a otros antes que tomar para uno mismo.
Recuerda que el profeta es un representante de Dios ante esta mujer.
Al pedirle su última porción de pan, el profeta invita a esta mujer a dar el salto de fe, a entregar a Dios todo lo que tiene.
– Cuando damos a Dios todo lo que tenemos, siempre ganamos.
– La mujer tenía para una sola comida. Al dársela primero al profeta, ella avanzó por fe, confiando en lo que no podía ver ni comprender.
Conclusión
La viuda dio su último panecillo, y Dios realizó un milagro. Ella y su hijo escaparon de la muerte por el hambre y tuvieron una fuente constante de alimentos.
Piensa que puedes hacer mas de lo que haces para el reino de Dios? Piensalo